Page 93 - Caracas: 20 Historias 20
P. 93
designios furibundos de la Providencia por lo que
buscaban afanosamente en el almanaque de már-
tires y santos, algún atributo defensivo o guerrero
que abogara por sus males, cuando en realidad el
flagelo de la superchería hacía cuando menos re-
tardar la conciencia sanitaria de la población para
ser dilapidado al sostenimiento de cultos, cofradías
y demás hierbas aromáticas.
Dos años después del establecimiento de Cha-
cao, el párroco José Antonio Mohedano hizo una
promesa a Dios para que erradicara la fiebre ama-
rilla, plaga que frecuentemente flagelaban a los
vecinos de Caracas, enviando a los peones de las
haciendas aledañas a la montaña para que baja-
ran las hojas de la palma real, rememorando así el
pasaje bíblico de la entrada de Jesús a Jerusalén.
Desde entonces, días antes del Domingo de Ra-
mos, una procesión de devotos sube a El Ávila y
traen las palmas que después de ser bendecidas,
se doblan en forma de cruces para ser colocadas
en las casas como signos de protección familiar.
Es el inicio de una hermosa tradición atávica que
ininterrumpidamente luego de dos siglos, con-
tinúa a las fechas cercanas de la Semana Mayor:
los palmeros de Chacao.
En el sector El Pedregal de Chacao, existen fami-
lias completas de palmeros que se han encarga-
do de mantener la costumbre viva, convirtiéndo-
la en emblema de la Semana Santa del municipio
Chacao. Esta actividad ha continuado de genera-
ción en generación aunque con el paso de los Obispo José Antonio García Mohedano (1741-1806). 1802. José Anto-
nio Peñaloza (Caracas, 1776-1803) Colección Museo Bolivariano.
Chacao devocional, de donde crece la palma ¦ 91