Page 57 - Soy tu voz en el viento
P. 57
arrojaban metralla
en las horas del odio y de la guerra
o iban a perderse entre las dunas
resecas de las playas.
En sus fragosos montes y veredas
trajinó nuestra niñez
con la china certera entre las manos.
La pandilla partía de la llanada
del corral del tío Asunción,
patria del mango de mejilla olorosa
para el mordisco duro con pulpa derramada,
del merey de topacio,
los anones de miel, olorosas guayabas,
ciruelas de huesito, limones amarillos,
la innumerable gama de la frutal orgía.
Trepábamos repechos
prendidos al ramaje de los guatapanares,
cortando guaritotos y taringas,
desgajando cardones
para tomar los frutos
de blanca meladura con semilla
en los delgados tapaculos
o de pulpa rojiza y enlutada
de pitahayas o de yaguareyes,
hasta caer golosos
en el alto sembrado del tío Diego.
Subiendo y abriéndonos senderos
persiguiendo entre cuicas,
verdes de la raíz hasta la rama,
a las verdes iguanas mimeteadas,
con sus ojos dormidos
y el erizado copete despeinado.
Una vez en la cumbre
torcíamos el rumbo hacia La Aguada,
en la otra vertiente,
inarmónicos trechos
de bajar y bajar, cayendo y levantándonos,
a los cocales frescos del abuelo,
a las albercas claras de la Tagua
o a los pozos dormidos
entre el pasto oloroso,
bañeras para el baño y el reposo.
57
15 x 28 Yo soy la voz del tiempo poesía reunida.indd 57 14/01/13 16:28