Page 483 - Sencillamente Aquiles
P. 483
FÁBULA DEL RABIPELADO
Al verse el rabo un día
cierto rabipelado
sintió un incontenible desagrado
observando cuán feo lo tenía.
Y en rápida visita
fue a pedirle prestado el de la ardita,
la cual ante su ruego
accedió con un fino: —Desde luego….
—¡Me queda como un clavo!,
dijo el rabipelado muy contento,
y dándole las gracias fue al momento
a mostrárselo a su esposa el nuevo rabo.
Mas la rabipelada
que no estaba del préstamo enterada
al verlo con el rabo de la ardita,
se asustó de tal modo, pobrecita,
que tomando al marido
por algún animal desconocido,
lo acometió de un brinco, y con fiereza
lo mató de un mordisco en la cabeza.
483