Page 318 - Escritos de ayer y hoy

recorrió durante 3 días y noches la torre Eiffel, de París; la igle-
sia de Notre Dame; Les Champs-Élysées; el museo Louvre;
Ecole Militaire; y el Barrio de los Pintores, de Montmartre;
y se culminó en el hotel Du Ville –donde se estableció en
1871 la Dirección General de la Heroica Comuna de París– y
luego se regresó a Ámsterdam, rumbo a La Haya, pasando por
Rotterdam y Breda, y se continuó hacia un pueblo de molinos
de viento llamado Kinderdijk –molinos que se mantienen y
funcionan desde el siglo xvi–; allí, en una vieja barcaza lenta
y con una brisa agradable, atravesamos lagunas de patos, de
pájaros, en medio de cervezas y vinos de la localidad.
Holanda y sus ciudades principales y pueblos son de las
bicicletas, gaviotas, tranvías, calles limpias y sin ranchos.
Conservan su tradición, son conservadores y siguen todavía
con su reinado. Nosotros soñamos y construimos, en la medida
de lo posible, la República Bolivariana de Venezuela, que debe
ser libre de toda forma de explotación y dominación y debe
asumir las experiencias positivas de los pueblos del mundo,
para afirmar –valga la repetición– lo “afirmativo venezolano”.
Nuestro país tiene que ser libre, soberano, democrático, seguro,
tranquilo y limpio, algún día con el Socialismo Bolivariano.
3. Finalmente, la despedida que nos hizo el embaja-
dor de Venezuela en Holanda, el camarada Agustín Celis
Paredes, y su señora esposa en la hermosa residencia, propie-
dad de Venezuela pero patrimonio histórico de un pueblo,
cerca la ciudad de la Haya; allí se compartió con el embaja-
dor de Venezuela en Bolivia y la responsable de la OPEP por
Venezuela –oficinas que funcionarán desde este momento en
Lisboa y el personal de mando de la Embajada de Venezuela.
Conclusión: fue un viaje positivo en todos los aspectos, tanto
políticos como personales, financiado por Manuel, Mercedes
Ponce y FSR, sin Cadivi.

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