Page 215 - Escritos de ayer y hoy
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nacionalista, en función de derrotar y expulsar de estas tierras
al imperio invasor bajo la consigna “Independencia, libertad
e igualdad”; es decir, es capaz de sintetizar el programa de los
explotados.
Sin embargo, podemos afirmar que no se construyó una
dirección política colectiva; la oligarquía, utilizando a mili-
tares de mucho prestigio que se habían convertido en gran-
des terratenientes y propietarios y colocándose de lado de los
explotadores, se convirtieron en simples traidores de los explo-
tados. Estos son los casos de Páez, Santander, Miguel Peña,
Soublette, entre tantos.
Posteriormente, el proyecto de los explotados es levantado
por el General del Pueblo Soberano, Ezequiel Zamora, quien
plantea que la tierra debe ser repartida para todos; es decir,
bajo la consigna “Tierra y hombres libres” logra sintetizar de
nuevo las propuestas de las grandes mayorías explotadas en su
lucha contra los explotadores. Tras él marchan los hombres y
mujeres descalzos y en harapos, tratando de conquistar la tie-
rra que los oligarcas les habían arrebatado desde la llegada de
los españoles.
Acá, de nuevo se comete el error de no construir una direc-
ción política colectiva y la traición ronda de nuevo, cuando es
asesinado el jefe del movimiento, esperanza y guía de los opri-
midos, Ezequiel Zamora. Tras el llamado Pacto de Coche, los
sectores liberales y conservadores se ponen de acuerdo; en esta
oportunidad los traidores son Páez, Juan Crisóstomo Falcón,
Antonio Guzmán Blanco y otros tantos, y de nuevo las gran-
des mayorías explotadas ven frustradas sus esperanzas de una
vida digna.
Así, las clases dominantes imponen un modelo siempre
supeditado a los intereses de los capitales foráneos, que em-
piezan a desplazarse hacia América y, en particular, a nuestro
país. Se suceden los Guzmán Blanco, Cipriano Castro, y Juan
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