Page 83 - Entre suenos y rochelas. Poemas y otros escritos
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Sequía




              Paradójicamente, despierto frente al mar
              y veo cómo a este pueblo lo mata la sequía,
              no corre ni una gota ya por las tuberías;
              dicen que esta tortura nunca va a terminar.

              Años viendo cisternas y bidones pasar,
              con rostros de impotencia que le hacen compañía.
              ¡Bandidos de esperanzas! ¡Ladrones de alegrías!
              A quienes sus plegarias no les van a alcanzar.

              El agua, los salarios y los medicamentos,
              los medios de transporte, la falta de alimentos;
              ante tanta amenaza ya me suenan las tripas,

              mas con mucho optimismo doy gracias al Creador,
              por ahorrarme estos reales, los del fumigador,
              pues de tanta sequía, no quedan ni chiripas.

























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