Page 186 - Entre suenos y rochelas. Poemas y otros escritos
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La réplica
I III
Las tardes de primavera Un poeta decimista,
de aquí, son fenomenales: el respetado Cangrejo,
las alegran los turpiales le dio la orden al Conejo:
con sus décimas viajeras. “Escuche y no pierda pista,
Un recital se armó afuera ponga en la puerta una lista
que comenzó el Chirulí, y que todo el que asistió
le contestó el Pitirrí, se anote según llegó,
e interrumpiendo al Zamuro, en estricto orden, le exijo”.
dijo el Chivo con apuro: Y en eso el Becerro dijo:
“Permiso, meeeeeeee toca a mí”. “¡Cuidado, que veeeeeengo yo!”.
II IV
Para compartir mi cena Con su piquito de oro
pedí el favor a la Iguana, ya se despedía el Zorzal,
que cantara con la Rana, el Cochino y el Turpial,
décimas de Nochebuena. escoltados por el Toro.
Luego el Sapo y la Chenchena “El recital –dijo el Loro–,
dieron sus versos mejores aquí acaba, finaliza”,
y para rendir honores y el Pato, muerto e’ la risa
al Cachicamo y al Loro, gozando entre aquella farra,
se escuchó elegante al Toro: gritaba desde la barra:
“¡Muuuuuy buenas noches, señores!”. “¡Cuá cuá, cuando me toque me avisan!”.
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