Page 17 - Entre suenos y rochelas. Poemas y otros escritos
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El conejo literato
Un día, un conejo muy instruido
paseaba por el campo con pasión
y hallóse a un sapito entretenido
leyendo con placer y emoción.
—Caramba, amigo Sapo, ¿usted leyendo?
Me entero que posea usted tal don.
Y humildemente el sapo, respondiendo:
—¡Sonetos de mi propia inspiración!
—Disculpe, caballero, mi imprudencia
y que lo ponga en esta situación:
¿sería tan amable, y me dispensa,
en leerme su tal composición?
Entonces, carialegre, abriendo espacio,
puso de cara al sol aquel soneto
y, raudo, se dispuso aquel batracio
a leer su verso (aunque no completo):
“El aire de este campo me fascina,
su olor me lleva a ver tiempos hermosos,
borra mis años mozos en letrinas
y me traslada a estos geniales pozos”.
—Perdónale, Señor de las Alturas,
tal mofa de la lengua castellana.
¡Oh, mundo de la real literatura!
¡Oh, Shakespeare, Garcilaso, Santillana!
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