Page 10 - Entre suenos y rochelas. Poemas y otros escritos
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Prólogo
Alguna madrugada, a mediados de un mes de julio, bajo el calor
de unos brazos, el aroma del café y la melodía de NotiRumbos,
nació un tímido, pero atrevido verso, que volaba cargado del más
genuino amor y de esa sublimidad a la que nos eleva el orgullo
filial. Ese verso, que despertó sonrisas y sorpresivos comenta-
rios, que se mantuvo dormido por más de una década y apenas
abría un ojo entre los libros de literatura del bachillerato, halló
cauce en las corrientes fervorosas del quinto mes, aupado por las
almas de aquellos devotos apasionados por la tradición, quienes
volátiles y absortos, también se bañaban con el encanto plural de
la espinela. Fue allí, en esa fiesta florida, donde aquella cuarteta
inocente, testigo en mano, consiguió el rumbo seductor de la
palabra y se dispuso a emprender un peligroso viaje sin retorno,
que solo permite descansos para soñar.
Y entre miedos y osadías, agarró camino. Y lo despertaba el
Ruiseñor de Catuche; y pasaba el día con olor a diccionarios,
hurgando entre batallas y los cuentos de Las mil y una noches; y
se hizo mago entre lápices fugitivos; y aprendió el idioma de los
besos y a leer las lágrimas por ambos lados; y entre cantos, ter-
tulias y maestros, luego de soltar su última estrofa, regresaba a
Aracataca a encontrarse, otra vez, con Aureliano.
Este es el verso que floreció una madrugada. Manojo de memorias
y evocaciones que permean el alma de sollozos, enojos y sonrisas.
Este es el verso que creció junto a la lumbre; ese que se alimenta de
los sueños y aún respira bajo el calor de aquellos brazos.
alexander “chane” García la cruz
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