Page 596 - De mi propia mano
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quiero estar aquí de cuenta de tonto conversando, ni quiero firmar la diso-
lución de colombia. Si esto se llevare a mal, porque se crea que debemos
estar aquí semanas y más semanas, sufriré cualquiera cosa que se diga; pero
no sufriré esta incertidumbre, ni el ser tratado como muchacho, ni tendré
la pena de observar que en una crisis como en la que estamos, se siente
que ni hay gobierno, ni que el congreso toma un partido. en todo caso
renunciaré mi diputación; y si se quiere molestarme, renunciaré también
el generalato que no deja de pesar.
Me ha dicho aranda que ud. está firmemente resuelto a separarse
del mando. en consecuencia de esto, y sabiendo que los comisionados
pretenden que el congreso admite la renuncia de ud., he pensado para
cuando lo propongan oponerles “que ud. ni ninguno de los generales en
jefe puedan ser presidente o vicepresidente de la República, ni presidente
de ninguno de los estados (si hay federación) a lo menos durante el pri-
mer turno en que se establecerán las constituciones; puesto que el abuso
que se ha hecho del poder militar, ha producido alarmas y desconfianzas,
que hacen urgente esa medida”. Si se consigue, anularemos algunos peligro-
sos, pues son muchos generales en jefe los de las novedades de Venezuela
y si no se consigue se verá, que ni ud. ni yo pretendemos nada, puesto
que en caracas me consideran muy unido a ud.
el general o’leary le habrá dicho algunas indicaciones que le reco-
mendé; y también, que no excusé darle mis opiniones sobre la colocación
de Rifles en Pamplona; y cada vez me alegro más de que se haya ido allí.
en San antonio están 30 hombres de milicias de carache y 100 hombres
de Anzoátegui con el coronel concha (que dicen es ya general). en la
Grita está Boyacá aumentándose con milicias de trujillo. No se ha vuelto
a decir si viene Páez. creo que no. ha mandado al señor tovar, y quedará
en Valencia en busca de alguito.
el señor obispo estévez me recomienda de saludarlo afectuosamente,
y de ofrecerlo con todos los sentimientos de amistad, consideración y
respeto.
adiós, mi querido General; deseo saber que ud. está perfectamen-
te bueno de salud, para que pueda resistir a estos perennes ataques al
e spíritu.
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