Page 485 - De mi propia mano
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pasablemente bien esta carrera, entrar en otra enteramente nueva para
mí es una loca imprudencia. ud. queriendo favorecerme y protegerme
siempre, y por un cariño infinito, me da más valor del que yo pueda tener
en mucho tiempo en que me instruyera, y me hace la singular distin-
ción de escogerme para segundarlo. Mi corazón está agobiado cada vez
más de gratitud a ud.; y por lo mismo no debo engañarlo. acaso esta
elección desacreditaría el proyecto; yo me conozco y aun confieso que en
bolivia mismo, tan pequeño como es, cometo errores en esta nueva carrera
que luego conozco con arrepentimiento. Si la expedición a la habana se
realiza yo serviré a ud. de cualquiera cosa; y ojalá fuera lo más luego para
salir pronto del gobierno de bolivia.
el 25 de éste se hacen las elecciones populares para el presidente
de la República; yo he dicho a ud., lo que pienso hacer si me dan votos.
anteayer se decidió la cuestión del presidente vitalicio; después de tres
sesiones ordinarias y una permanente se ganó por 33 votos contra sólo 4.
Sólo faltaron tres diputados que estaban enfermos para congreso pleno,
pues que toda la representación nacional de bolivia es de cuarenta dipu-
tados. así, pues, está ganada la base principal del proyecto de ud. como
la ley de 11 de agosto da a ud. siempre el gobierno de bolivia, lo cual está
confirmado por la ley de 3 de julio último, es un gran paso al proyecto de
la gran federación, el que también den a ud. su voto los colegios electorales
del Perú, pues teniéndolos en colombia poco queda que hacer, cuando las
últimas bases que ud. me indica en el proyecto de unión, vence las mayores
dificultades. Sobre esto iré siempre avisando a ud. lo que ocurra.
Desde mi última carta de 12 el congreso ha ocupado sus sesiones en
la discusión del presidente, y por tanto nada más hay que comunicarle.
De resto, este cuerpo marcha siempre regularmente. el país va bien; pues
aunque hace tres días que me avisaron de un proyecto de revolución, aún no
he descubierto si haya algo que valga la pena, pues al que me denunciaron
como agente es un teniente coronel Matos, a quien por borracho le quité el
mando de un escuadrón, y es un botarate que no tendrá el séquito de tres
cholos; así no he querido ni arrestarlo mientras indago otros datos. además,
estoy cierto que la gente ilustrada y la masa del pueblo están contentas del
Gobierno; sólo los clérigos refunfuñan, pero ellos temen perder más en
biblioteca ayacucho
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