Page 224 - De mi propia mano
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salida que vino a realizarse cuando había transcurrido el tiempo que debía-
                 mos aprovechar para salvar el país. el ejército unido zarpó del callao con
                 el deseo sincero de servir a vuestra libertad y procurar la paz de américa.
                 Pero su desembarco en Quilca fue seguido del pesar de recibir una indirec-
                 ta evasión del jefe del ejército del Perú a la reunión que debía obtener la
                 victoria. Nuestros esfuerzos se dirigieron desde entonces a organizarnos de
                 un modo capaz de trabajar siempre por vuesta dicha, y concentrarnos con
                 aquel ejército como único medio de asegurar nuestra existencia.
                    Vosotros visteis la retirada de las tropas en la capital en diferentes
                 secciones desde el 1  hasta el 8. Soldados cansados de una navegación
                                   o
                 penosa, de largas marchas y de privaciones infinitas, necesitaban algún
                 reposo. Descalzos, faltos de equipos para el temperamento que iban a
                 transitar y obligados a una campaña aislada, tenían que prevenirse pa-
                 ra no ser desgraciados. un momento no se ha perdido, y el ejército habría
                 marchado aun sin sus aprestos, si no temiese que desdeñado a la reunión
                 que solicitaba, causara mayores males.
                    el ejército del Perú obró solo sin contar con nosotros, y su suerte ha
                 justificado que nuestra pretensión de reunirnos era el único consejo que debía
                 escuchar en sus empresas. el 12 de septiembre estrechado por el ejército
                 español en superior número conoció la urgencia y aceptó por la primera
                 vez la medida de concentrarnos, y el 24 (12 horas después de recibida su
                 invitación) nuestros cuerpos marcharon tres jornadas. ya el ejército del
                 Perú no existía desde el 18 o 20: él fue sacrificado a errores del Gobierno
                 de que dependía más que a la intención de su general muy digno de mejor
                 término. el ejército del Perú ha sido disuelto sin una batalla, una fatalidad
                 ha privado a la patria de valientes tropas que con entusiasmo ofrecía al
                 Perú su libertad y si la fortuna no velase sobre nosotros, también fuéramos
                 envueltos en su ruina que era inevitable hallándonos más avanzados en el
                 interior. cuando el ejército unido, desprovisto de todo hubiera penetrado
                 desde el día 8 que fue el instante mismo que acabó de llegar a arequipa,
                 jamás habría alcanzado a salvar al ejército del Perú de las operaciones en
                 que estaba comprometido.
                    el ejército de mi mando no es suficiente a oponerse en estas provincias
                 a un enemigo doblemente fuerte y victorioso, debe pues unirse al resto


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