Page 147 - De mi propia mano
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Vea ud., pues, si tengo razón de implorar la amistad de ud. para que no
                 me muelan con la intendencia. yo no me atrevo a escribir al libertador
                 con tanta libertad, pero no dejaré de presentarle mis razones.
                    Se fue el obispo, y gracias a Dios que estamos libres de tan mal bicho.
                 Dios quiera llevarlo a españa, o al cielo si fuese mejor.
                    agradezco su regalo del sable que lo tendré como de un amigo y com-
                 pañero a quien tanto aprecio, y por tantos títulos; así este sable será más
                 estimado que el que pueda venir del Perú cuando el congreso lo permita.
                 a propósito: no dudo que ya que ud. no puede, como me dice, permitir
                 el uso de las decoraciones que se han concedido en el sur, a lo menos las
                 hará publicar; porque sabe ud. que esta es una de las tonterías porque se
                 rompen la cabeza los militares.
                    Mil gracias también por la medalla de Venezuela que va a venir. está
                 ya en obra la de ud. de libertador de Quito; ojalá que salga buena; la
                 del Presidente no está mala; creo que ha costado 1.200 pesos; pero nada
                 se le podrá presentar bueno, cuando la del Sol del Perú que le regaló
                 San Martín costó 6.000 pesos. No sé por qué el libertador no aprobó
                 esta medalla de Quito cuando él mismo me dijo que la campaña del sur
                 merecía que el congreso diera otra por su parte, y aun que él la propon-
                 dría. Paciencia: yo no la quiero para mí sino para que la tengan los que
                 sirvieron conmigo.
                    Mucha pena se ha dado ud. por los 150 pesos; yo sólo hablé de
                 ellos porque, como le dije, no los tenía, y creí deber usar de franqueza.
                 agradeceré a ud. mucho que vaya a la madre de heres el socorro de las
                 50 onzas que tengo aquí siempre a disposición de ud. con estas 50 onzas
                 me ha sucedido una mala pasada: mi muchacho jugó 28 de ellas un día
                 que fui yo al campo y él quedó en casa; pero he solicitado completarlas
                 para que no falte el libramiento. creo que alarcón tiene aún dinero de
                 los 150 pesos, porque no todos se invirtieron.
                    Se han hecho aquí las elecciones; algunas intrigas ha habido, pero he
                 dejado que en las elecciones hayan tenido la más absoluta libertad.
                    los rasgos buenos de la indicación y demás, los iré haciendo poner
                 en un periódico que empezará aquí esta semana. he manifestado las reco-
                 mendaciones de ud. a Villacís, y lo haré a los demás. San Miguel está en


                                          biblioteca ayacucho
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