Page 142 - De mi propia mano
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no es por exageración, ni por deseos de no servir ya, sino porque esta clase
                 de servicio no es en el que me he criado.
                    el correo del Perú nada dice de particular; las cartas dicen sólo que
                 el general San Martín desaprobó la quitada de Monteagudo, pero con
                 mucho enfado; en consecuencia, torretagle renunció al mando, que fue
                 admitido por San Martín y que había un gran descontento. ud. verá que
                 nuestras cosas en lima han mejorado mucho, pues insertan escritos en
                 sus periódicos contra los triunviros de Guayaquil y se habla en nuestro
                 favor. Respecto de los godos parece que está aquello como estaba. un
                 buque salió del callao el 6 y habían llegado ya las tropas colombianas
                 a aquel puerto, aunque con bastantes enfermos; dice este barco (que
                 llegó el 14 a Guayaquil) que las avanzadas de los cuerpos o correrías de
                 los enemigos alcanzaban hasta quince leguas de lima (pero otras veces
                 han venido hasta ocho leguas) aunque nada más adelantaban. Por una
                 carta he sabido que García camba, secretario de canterac, estaba en
                 lima comisionado de la Serna a tratar con San Martín y que parece
                 había esperanzas de una buena transacción; yo no sé qué deducir de
                 todo esto; el libertador quiere, y quiere bien, prepararse para lo que
                 resulte; pero esto es muy bueno si se exceptúa el que yo no sé cómo se
                 cubran los gastos que deban hacerse. he llorado a ud. mucho en mi
                 carta anterior y con repetirle las plegarias de esa carta ahorraréle leer
                 otras iguales e idénticas.
                    Nuestras cosas en Guayaquil están muy bien, según todos me escriben,
                 y aquí lo mismo, pues sólo está la gente en las elecciones y algunos con un
                 miedo sin igual porque temen mucho el resultado del Perú.
                    adiós, adiós. Saludo a los amigos; mil cariños a su señora hermana;
                 una visita a las amiguitas y a ud. el corazón de su amigo y compañero,

                                                                             Sucre


                    Reitero, si es necesario, mi recomendación para mi tío Pepe y no menos
                 encargo el asunto de heres.






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