Page 719 - De Angostura a Colombia EL COMBATE POR LA LIBERTAD Y UNA MAGNA REPÚBLICA EN 1819
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Libertador. Luego de diez años de terribles esfuerzos, tal victoria militar
y política le inspiró una fuerza moral y física a la lucha por la liberación
de estos territorios hasta entonces bajo el dominio imperial español.
Demostrándose de esta manera que la visión estratégica de Bolívar, ade-
más de acertada en sus aspectos prácticos para la guerra, también —y de
manera esencial— poseían las bases espirituales de la sociedad deseada
para los pueblos de la América meridional. Sociedades que se acercasen
un poco más a la justicia y la igualdad social, donde se incorporasen los
sectores marginados y desfavorecidos durante siglos de colonia hispana.
Mediante la preeminencia de la educación popular, y utilizando las le-
yes como herramienta de resarcimiento de los daños y el atraso causado
al pueblo, para cimentar el progreso económico de la región elevándola
a la altura de cualquier potencia mundial para la época.
La soberanía del pueblo, las libertades civiles, la abolición de los pri-
vilegios de clases sociales y la división de los poderes políticos eran parte
de las bases sobre las cuales se construiría el andamiaje de esta sociedad
naciente. Más que la conjunción de una gran extensión territorial, es-
taba planteada una propuesta civilizatoria que se acercaba a lo propia-
mente humano y cultural de este lado del mundo, desde las raíces ese
continente que sobre su espalda cargaba 300 años de opresión.
Al mismo tiempo germinaba una nación que estaba llamada a ser
una potencia mundial en todos los ámbitos, y que sin duda desempe-
ñaría un papel trascendental en la gravitación de los centros de poder
global emergentes en el siglo XIX, los cuales al transcurrir del tiempo
se constituirían también como imperios, desplazando al español en su
decadencia. Pero para esto hacía falta perpetuar la unión. Apagar en lo
interno las llamas de los intereses de poder local, neutralizar las conspi-
raciones y las mezquindades. Quizás hacía falta mantener encendido el
absoluto sueño de la rebeldía, que en el caso de Bolívar siempre estuvo