Page 499 - De Angostura a Colombia EL COMBATE POR LA LIBERTAD Y UNA MAGNA REPÚBLICA EN 1819
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          que dio base perpetua a la República en el Continente Hispanoameri-
          cano” . Ante la pérdida de la provincia de Guayana, el general realista
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          Pablo Morillo exclamó: “Las consecuencias funestas de este revés son
          tan considerables que apenas pueden calcularse, deja al enemigo en si-
          tuación de apoderarse del punto más importante de la costa-firme” .
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            El Libertador, al recibir la confirmación del triunfo republicano en la
          Batalla de San Félix, además de reconocer la victoria del general Manuel
          Piar como “el más brillante suceso alcanzado por las armas en Venezue-
          la”; sentenció: “Ahora más que nunca debemos confiar en la fortuna, ya
          que empezamos la restauración de Venezuela por donde debemos: por
          el Orinoco y por los Llanos” . Diecinueve días después de esta acción
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          militar, Simón Bolívar asumió el mando de las operaciones políticas y

          militares tendentes a la conclusión de la Campaña Libertadora de Gua-
          yana. En ese sentido, se concentró en la expulsión de los últimos habi-
          tantes guayaneses afectos al gobierno español, asediados y confinados
          desde el mes de febrero a las plazas de Angostura y Guayana La Vieja.
          Solo había que esperar que el hambre y la desesperación condujeran a
          los españoles, reducidos a aquellas plazas, a abandonarlas y emigrar, no
          sin antes luchar con el hambre que los condenaba a huir o morir.

            El sitio de Angostura fue, sin duda, una táctica cruel. A mediados de
          mayo narra el capitán Sevilla:
               … el hambre se había hecho general, absoluta, insufrible. La
             última galleta que se comió en la plaza, la había comprado el
             brigadier La Torre en dos onzas de oro. Eso sí, teníamos dine-
             ro. Entonces me convencí (…) de lo inútil que es el numerario
             cuando no hay que comprar con ello. Un huevo que diariamen-
             te compraba mi asistente para un atol le costaba un peso, y una


          [33]_ Bartolomé Tavera Acosta. Anales de Guayana, p. 456.
          [34]_ Ibidem, p. 146.
          [35]_ Carta de Bolívar a Leandro Palacios. La Mesa de Angostura, 16 de mayo de 1817.
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