Page 340 - De Angostura a Colombia EL COMBATE POR LA LIBERTAD Y UNA MAGNA REPÚBLICA EN 1819
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338   Manuel e. Carrero Murillo



             vinculaba a los sectores de poder económico y ganaba la voluntad del
             general Páez.



             El fin de una potencia que no fue
               En febrero de 1827 un oscuro comandante neogranadino, José Ma-
             ría Bustamante, encabezó en Lima una cadena de insurrecciones que
             terminaron con la influencia del Libertador en tierras peruanas. Busta-
             mante detuvo a la oficialidad venezolana a cuya cabeza se encontraba el
             general Jacinto Lara quien era comandante de la División colombiana
             en auxilio del Perú. Esa sublevación fue replicada por el Ministro de

             Gobierno y Relaciones Exteriores Manuel Lorenzo de Vidaurre y Fran-
             cisco Javier Mariátegui, quienes pregonaron denuestos contra Bolívar y
             la Constitución de Bolivia (RS) (RS) La primera Constitución de Perú,
             del 12 de noviembre de 1823, no fue aplicada porque fue suspendida
             para facilitar el desempeño del Libertador en condición de “dictador”,
             y aunque fue restituida en 1827. Para entonces las maniobras de Tudor
             y del Ministro Anderson en Bogotá, comenzaron a funcionar, sin lugar
             a dudas en conexión con Santander y de conformidad con las instruc-
             ciones de Henry Clay.
               Así comenzó una primera fase de las graves dificultades de Colombia,

             devastando la armazón organizada por Bolívar en el Sur para apuntalar la
             estructura de la potencia que se proyectaba en Colombia. Fue una maqui-
             nación hilvanada por los gentes diplomáticos y los enemigos del proyecto
             Bolivariano, que parecía dejar por fuera a Páez; sin embargo mientras
             el Libertador trataba de solventar las dificultades de la Constitución de
             1821 convocando al Constituyente en Ocaña, Páez había reconstruido su
             andamiaje de poder, estaba al tanto de las dificultades que en Bogotá y el
             Sur se desarrollaban, por tanto sabía que ni Bolívar, ni Santander podían
             amenazar su poder como Jefe Civil y Militar de Venezuela. Así se des-
             prende de las anotaciones que inserta en el tomo II de su Autobiografía.
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