Page 46 - Andrés Eloy Blanco para niñas y niños
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Cada pelotón
habla una lengua distinta.
He llegado ante el grupo
donde los hijos míos trabajan;
los niños ven al hombre viejo que va a mi lado,
ven sus largos cabellos blancos,
el salto de agua de la barba
y allí meten las manos calurosas.
Descanso:
los niños vienen hacia nosotros;
el viejo palmotea en las cabezas negras,
en las manos metidas en sus rizos.
Los niños gozan las barbas como un jabón
y el viejo les florece en las manos.
Él mima abejas en su barba
y los niños que aman la tierra
le cosechan frutas de años.
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