Page 402 - Sencillamente Aquiles
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sencillamente aquiles
(Llorando)
¡Oh! ¡Qué desgracia la mía!
¡Morir como una langosta
junto a un peñón de la costa
que bate el mar noche y día!
Pero Rodrigo de Triana
grita: ¡Tierra! en ese instante
y así es como el Almirante
se salvó por la campana.
autor:
Y con esta conclusión
en que se salva Colón,
finaliza el drama escrito
por el famoso erudito
Mamerto Ñáñez Pinzón.
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