Page 578 - Escritos de ayer y hoy
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Una sociedad justa y amante de la paz, una so-
ciedad socialista.
Libertador, no araste en el mar; como pueblo hoy
estamos retomando tus caminos y hemos “echado a
andar”.
Juro ante ti, Libertador, y ante mi pueblo, que
daré todo lo que mis fuerzas me permitan, y algo
más, si es necesario la vida, por hacer realidad
tu sueño, tu pensamiento y tu acción.
Si no cumpliese este juramento, acepto la san-
ción más dura para un revolucionario o revolucio-
naria: su muerte moral, y me someto al juicio de
nuestro pueblo.
¡Hasta la victoria siempre, Libertador!
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