Page 521 - Escritos de ayer y hoy
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Silvestre Ortiz Bucarán y Enrique Aristeguieta Gramko y,
          por otra parte, el movimiento militar del coronel Hugo Trejo,
          Martín Parada, Echeverría y otros, no pudieron, no supieron o
          no quisieron unirse en torno a un programa popular, por care-
          cer de una estrategia de poder y mando único.
            El imperialismo desde New York, con Rómulo Betancourt,
          Rafael Caldera, Jóvito Villalba, el Departamento de Estado de
          los EE. UU., el industrial Eugenio Mendoza y Blas Lamberty,
          sí lo lograron con el llamado plan de New York y su concreción
          posterior en el plan de Puntofijo; pudieron estabilizar, organi-
          zar la transición hacia el régimen liberal burgués del puntofi-
          jismo en el período 1958-1998. El régimen puntofijista, en lo
          esencial, fue un régimen entreguista a los intereses del capital
          trasnacional, corrupto, represivo y autoritario. Cometió faltas
          graves y delitos. No fue nadademocrático y sí delictual, y por
          eso se agotó histórica y políticamente.
            Hoy las circunstancias son distintas. El período histórico, a
          nuestro entender, según un documento de la clase obrera que
          yo comparto, dice así, cito:


             Nos encontramos en la fase terminal del imperialismo, como etapa
            superior del capitalismo, y del nacimiento del socialismo, fase inicial de
            la reconstrucción de la sociedad humana en las nuevas circunstancias;
            sociedad donde desaparecerán la propiedad privada sobre los medios de
            producción y sobre los seres humanos, las clases sociales y en con ello la
            lucha de clases, es decir, la guerra, por lo que todos los seres humanos
            seremos iguales nacional e internacionalmente entre nosotros, frente a
            los medios de producción, distribución e intercambio de los bienes pro-
            ducidos y los servicios prestados. Fundamento esencial para que preva-
            lezca la paz social.
             Esa realidad en nuestro país se expresó en el proceso electoral de 1998,
            cuando bajo la dirección de nuestro Comandante Chávez alcanzamos la






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