Page 260 - Escritos de ayer y hoy
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–ahora con Paraguay de Fernando Lugo al frente y hacia el
este, en el Medio Oriente, donde se ha abierto una ventana en
el Líbano y soplan vientos nacionalistas con el general Michel
Sleiman, actual presidente.
La política de integración que se viene desarrollando en
nuestro continente con el impulso decidido del Gobierno re-
volucionario venezolano y otros, así como sus contradiccio-
nes y limitaciones, tiene que ser entendida en el marco de la
contradicción imperio-nación y en su desarrollo más general y
reciente de imperio-humanidad, porque las fracciones burgue-
sas que tienen contradicciones con el imperialismo lo hacen
en el marco de la defensa de su tasa de ganancias, afectada
por la política económica neoliberal que privilegió la frac-
ción financiera de la burguesía; sobre todo las más articula-
das al capital transnacional por sobre otras fracciones, por lo
tanto, su interés es lograr mayores niveles de independencia
del imperialismo, pero en modo alguno superar el capitalismo
y menos construir el socialismo. Esto es una expresión con-
creta de la contradicción capital-trabajo en este momento
venezolano-latinoamericano.
Sin embargo, para la Revolución Bolivariana y el resto de
los pueblos del continente, es vital avanzar en los procesos de
integración. Para la burguesía puede ser un problema táctico
en defensa de la tasa de ganancia frente a la voracidad de las
transnacionales, pero para los pueblos y los gobiernos revolu-
cionarios del continente es asunto estratégico: el socialismo
no lo vamos a construir aislados unos de otros, necesitamos la
unidad de nuestros pueblos a partir de la sentencia bolivariana
“La Patria es América” y la afirmación marxista “Proletarios
de todos los países, uníos”. No se trata de consignas; ellas sin-
tetizan la respuesta correcta –desde el punto de vista obrero
y popular– a las contradicciones imperio-nación, imperio-hu-
manidad y capital-trabajo, en la cual es fundamental la unidad
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