Y me olvidé del Paro, y to’ esa guachafita,
y aquellas navidades fueron las más hermosas
y me perdí en los brazos de esa tierra amorosa.
Que terminé borracho, lo juro por maíta,
en La Bajá’e los Perros, bebiendo guarapita
y repitiendo hallacas en casa ‘e los Llamozas.
Caracas, enero de 2002
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