Page 261 - De mi propia mano
P. 261
qué oficiales tiene el ejército, porque han tenido la muy buena gracia de
recibir en el estado Mayor General o en la secretaría las propuestas que
directamente mandó Vargas y otros cuerpos, y despacharlas, no sólo sin
informes míos, sino sin saber yo nada. Prescindo si deba llamarse orden
o desorden el que no haya una sola oficina que tenga un conocimiento de
toda la oficialidad de este ejército de colombia; pregunto sólo, si admitir
las propuestas que dirige un comandante de cuerpo no es autorizar la
indisciplina, y que de este trastorno se sigan otros mayores: pregunto si
cada vez no es más urgente conservar a cada uno en su deber.
en Vencedor y Rifles acaba de haber promociones y nada menos que
a jefes, sin que yo lo sepa sino porque me lo han contado. Me dirás, pues,
si esto te parece bueno: a mí no me parece sino un barullo. el libertador
y el Gobierno son árbitros de dar cuantos ascensos quieran; pero todas
las leyes militares, todos los reglamentos y un decreto del libertador en
angostura el año de 19, manda que el comandante en jefe del ejército o
el comandante general de una división, si ésta obra independiente, sean
los que pongan el cúmplase a los oficiales de su ejército o división, o mejor
dicho, los que los posesionen; y que el estado Mayor General tome sólo
conocimiento de las antigüedades, y ponga, el cúmplase a los oficiales del
cuerpo. este Decreto de angostura no está revocado; pero ahora me dice
espinar que por nueva disposición debe poner el cúmplase la subinspección.
yo entiendo, y todos entienden en colombia, que los subinspectores son
los jefes de estados mayores divisionarios. Si esto es así, será bueno, si se
quiere que lo sea, con tal que haya una regla general que nos guíe, pues
a mí me da tres bledos que el cúmplase lo ponga Juan o Pedro, con tal
que en un ejército que se ha puesto a mi mando, sepa yo quiénes son los
ascendidos. otra cosa no me parece en el orden, por mil y una razones,
de que sólo basta la una para aconsejarnos el método.
Del estado Mayor vienen órdenes directas a los cuerpos, aun donde
yo mismo estoy, y yo no creo que esto sea regular. tú me conoces para
creer que estas observaciones no son para dar aire a mi destino, sino
por el deseo de que este cuerpo se conserve en buen orden. en prueba
de que sólo es por esta razón, te diré, que si se me previene que deje
andar las cosas de cualquier modo, no repararé nada más; pero si se
biblioteca ayacucho
223
De mi propia 6 Arabigo.indd 223 12/11/2009 09:30:36 a.m.