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Venezuela: epicentro de la disputa histórica


          reacciones del Estado ante la agre-  el rumbo y la estrategia, sin con-  tras posiciones ideológicas, pero
          sión. Para que el entendimiento  siderar las fuerzas profundas y  siempre teniendo como objetivo
          de frutos trascendentes, reales,  las contradicciones radicales que  el desarrollo humano, la meta
          las  partes debemos  comprender  han  definido  la  evolución  e  in-   bolivariana de la mayor suma de
          y tenemos que partir del carácter  teracción política en los últimos  felicidad y posible. La solución
          permanente, estructural, de  esta  tiempos.                             debe llevarnos a un mecanismo
          pugna a la que hemos hecho re-        No es con una firma, una elec-    permanente y flexible de admi-
          ferencia, y aportar a la construc-  ción puntual o un acuerdo ins-      nistración del conflicto histórico
          ción y protección de los meca-      truccional parcial que se proce-    que nos ha marcado y nos marca-
          nismos políticos necesarios para  san diferencias tan determinantes  rá por décadas.
          lograr acuerdos firmes en medio  y se garantiza la paz duradera. La       El presidente Nicolás Maduro
          de diferencias, a veces irreconci-  solución puede  incluir  opciones  no se cansará de transitar los ca-
          liables. Quienes apuesten por un  y acuerdos como esos, pero no  minos del diálogo, pero no para
          diálogo simplista y utilitario para  la definen, ni la restringen. Sea-  tratar de superar un escollo co-
          ganancia de los agresores, o los  mos capaces de ver mucho más  yuntural o circunstancia específi-
          que tienen intereses en la guerra,  allá.  De  elevar  la  jugada,  de  es-  ca, sino para ampliar el horizonte
          o en un proceso para remover un  tar a la altura de la historia y del  de paz y de prosperidad a través
          grupo del poder o negarle al otro  futuro. Hagamos política desde  del establecimiento de canales y
          el acceso, equivocan una vez más  la realidad concreta, desde nues-     métodos estables de diálogo so-

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