Page 66 - Andrés Eloy Blanco para niñas y niños
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Hay que dejar que los niños disfruten de las palabras y sus fuerzas secretas,
dejarlos imaginar y expresar lo que la lectura les hace pensar y sentir. Buscamos
lo que les gusta porque está en su naturaleza: los juegos de palabras, la sonoridad
cadenciosa que dice de sus ritmos interiores; los paisajes de la naturaleza y sus
secretos, lo sencillo que sorprende, lo pequeño que llama, lo aparentemente
simple.
Disfrutar de las palabras y las imágenes en ellas, conversar desde la búsqueda
de su mirada al texto: ¿qué te parece que dice el poema? o ¿de qué crees que
habla el poeta? ¿qué ves tú allí?
Compartir la lectura del niño o niña, conversar en el buen sentido de esta
idea, teniendo al poema como punto de partida. Vamos a pedirle que lea, vamos
a ayudarle a sentirse cómodo con el poema, a pensarlo suyo, simple, cercano.
Al apropiarse del libro podrá elegir lo que más le guste y comentarlo; no se
trata de razonar su elección sino de dejar fluir su encuentro con las palabras,
como fluye el agua de un arroyo. Ese es el diálogo que queremos que se produzca,
el que hará crecer al niño en su descubrimiento de la palabra, como un sonido
misterioso, preñado de significados, cuyo misterio le revelará un mundo pleno
de elementos para engrandecer su imaginación y para hacerlo un ser humano
en contacto con su entorno en términos de felicidad; porque, como dijera José
Martí, “los niños nacieron para ser felices”.
Laura antiLLano
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