Page 34 - Andrés Eloy Blanco para niñas y niños
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Bajo cielos amatistas
                                            sueñan caimanes budistas
                                            su presa de carne en flor,
                                            y entre mutismo y mutismo,
                                            destila sobre el abismo
                                            la copla del pescador.
                                            Al pasar de orilla a orilla

                                            un breve barco acuchilla
                                            la serenidad sin fin,
                                            y al atravesar el barco
                                            es musical como un arco
                                            que pasa sobre un violín.
                                            Cuando el hombre de los llanos
                                            hunde en el río las manos
                                            y acompasa una canción,

                                            el agua, el pródigo hisopo,
                                            rocía el pie del joropo
                                            y el pecho del galerón.
                                            ¡El abuelo! ¡El río viejo,
                                            que copió como un espejo
                                            tantas luchas al pasar;
                                            si sus riberas hablaran,

                                            cuántas cosas me contaran
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